FAROS DE FORMENTERA


FAROS DE FORMENTERA


Es la zona situada más al Sur de Formentera.. Es más, se dice que su nombre proviene de la relativa cercanía que se encuentra el cabo de las costas africanas, conocidas como bárbaras. Es una zona muy característica de la isla, con bosques, zonas de cultivo y un litoral marítimo rico en cuevas, rincones y torrentes que desembocan al mar.

Es la zona situada más al Sur de Formentera.. Es más, se dice que su nombre proviene de la relativa cercanía que se encuentra el cabo de las costas africanas, conocidas como bárbaras. Es una zona muy característica de la isla, con bosques, zonas de cultivo y un litoral marítimo rico en cuevas, rincones y torrentes que desembocan al mar.

Un recorrido que se inicia en el puerto de la Savina, en Formentera, y nos lleva a los dos faros de la isla, el de la Mola y el del cabo de Barbaria, ambos colgados en sendos precipicios.

Ahora que las nuevas tecnologías cuestionan el papel y el futuro de los faros es el momento de disfrutar de la figura -siempre imponente y evocadora de estas instalaciones tan integradas en la percepción del paisaje marino, que acompañan al visitante al borde del acantilado.

Algunos datos históricos
Garantizar la seguridad marítima fue uno de los grandes objetivos de los gobiernos españoles de mediados de siglo XIX. Se puso en marcha una serie de planes con un doble objetivo: facilitar la navegación marítima en tránsito y hacer más segura la llegada de los barcos a los puertos isleños, también en importante proceso de modernización.

Fruto de este impulso fue el proyecto del faro de la Mola, de 1859, y obra del ingeniero Emili Pou Bonet (Palma, 1830-1888). Este faro fue construido en 1861, y su nombre oficial es "Faro de Formentera", lo que es prueba fehaciente de su importancia para la navegación por el Mediterráneo occidental.

Las carencias en la señalización marítima detectadas tras la entrada en servicio de los faros y resto de señales marítimas construidas según los proyectos de mediados del siglo XIX, provocaron una serie de proyectos posteriores, algunos ejecutados en los años inmediatos y otros que tardaron casi un siglo en hacerse realidad. Éste es el caso del faro del cabo de Barbaria, proyectado en 1924, y que no fue construido 1971.

Hay que tener en cuenta que los faros de Formentera fueron -antes de la proliferación de sistemas de navegación electrónicos- primordiales para guiar la navegación en las rutas por el Mediterráneo.

FARO DE BARBARIA

Formentera. Faro del Cap de BarbariaEs la zona situada más al Sur de Formentera.. Es más, se dice que su nombre proviene de la relativa cercanía que se encuentra el cabo de las costas africanas, conocidas como bárbaras. Es una zona muy característica de la isla, con bosques, zonas de cultivo y un litoral marítimo rico en cuevas, rincones y torrentes que desembocan al mar.

Faro des Cap de Barbaria
Es Cap de Barbaria es un lugar paradisíaco formado mayoritariamente por rocas, muchos lo describen como paisaje lunar, donde se unen sensaciones de inmensa soledad y libertad. Es necesario visitar y andar este lugar para darse cuenta de su majestuosidad. Finalmente, si llegamos a su límite, vemos alzarse el faro, donde se puede disfrutar de una PUESTA DE SOL ÚNICA, donde el mar y el cielo se unen en tonos enrojecidos para formar el horizonte. Si seguimos con ganas de andar, podemos visitar, a poca distancia del faro, la torre de vigilancia que en su momento protegió la isla de invasores. 
Este paraje fue escogido por el director español Julio Medem para escenas de la película "Lucía y el sexo", y en el fotograma de la película aparecía detrás de Paz Vega cuando esta iba en motocicleta.




Un sitio absolutamente desolado, sin edificaciones por ningún tipo, excepto una torre de vigilancia cercana es lo que hay alrededor de este faro, que es que apunta hacia el Finisterre Formenterense. Siguiendo el Oeste la proxima tierra a hallar será la de la Península Ibérica a la altura de la provincia de Alicante. Una estrecha y larga carretera nos lleva hasta este faro. Este faro está situado a 78 metros sobre el nivel del mar y su luz es visible a una distancia media de 18 millas.



FARO DE LA MOLA

Faro de la Mola


S.M. La Reina (q.D.g.) se ha servido disponer que el día 30 de del mes de Noviembre próximo se ilumine ese faro.

En su virtud y sin esperar nuevas órdenes el expresado día y a la hora marcada por el Reglamento encenderá V. el mismo, continuando así en lo sucesivo. 
El ingeniero Jefe. Emilio Pou.
Al Torrero Principal del Faro de Formentera.




Faro de la Mola
Esta orden real, transmitida por el ingeniero Emili Pou, se sigue cumpliendo. Así empezaba la vida de este faro en tiempos de Isabel II que fué quien ordenó construirlo, y que aún hoy se le suele denominar como "faro de Formentera" ya que fue durante bastante tiempo el único faro que había en esta isla.

Cada día, a la hora establecida, los aparatos lumínicos sucesivos se han encendido, con algunas excepciones puntuales provocadas por dos conflictos bélicos: el de Filipinas y el que siguió al golpe de Estado protagonizado por el general Franco. En mayo de 1898, los fareros de la Mola recibieron la orden de vigilar permanentemente el paso de barcos e informar inmediatamente cuando vieran un buque de guerra; el 19 de julio de aquel año se les ordenó apagar el faro, situación que se prolongó unas semanas. España estaba en guerra con Estados Unidos.

Desde entonces alumbra noche a noche las oscuras aguas nocturnas de esta zona, tan solo en dos ocasiones ha dejado de iluminar la negra noche de la zona. Una durante la guerra de Filipinas y otra durante la guerra Civil.
La luz de este faro alcanza una distancia de 23 millas naúticas, fué electrificado en 1.973. Su planta cuadrada es de 300 metros cuadrados. En este faro han llegado a residir en el pasado hasta tres familias de fareros o torreros.
Como curiosidad señalar que durante entre1860 a 1880 constan una treintena de accidentes marítimos en las inmediaciones de Formentera. Al parecer los formenterenses tenían cierta pericia en atraer a los barcos en noches de tormenta, con señales luminosas equívocas, hasta la costa donde embarrancaban, para saquearlo después.


Con 23 metros de construcción, la torre del faro de la Mola se levanta 142 metros sobre el nivel del mar. Su presencia sobre el acantilado es impresionante, e invita a relajar la vista siguiendo el vuelo de un virot o pardela balear, viendo cómo rompe el mar más de un centenar de metros bajo de los pies o, también, cerrar los ojos para ejercitar la percepción de un paisaje que cautiva sin verlo. Está en un lugar simple pero intenso, de pasado reciente de psicodelias y alboradas tras noches sensuales.
Una de las primeras personas fascinadas por el faro de la Mola y su entorno fue el escritor francés Julio Verne. En su novela Héctor Servadac, publicada en 1877, aparece el faro de Formentera. En aquellos tiempos, Verne estaba todo el verano recorriendo el Mediterráneo en su velero de dos palos, y seguro que no perdió ocasión de conocer uno de los faros más modernos del momento. La complicada trama de la novela sitúa en el faro de la Mola a un científico capaz de explicar al capitán Servadac —el protagonista— que él y sus hombres no están, como creen, en un rincón ignoto del mundo, sino viajando por el espacio exterior tras la colisión de un cometa con la tierra. Recuerda el hecho una placa instalada cerca del faro en el año 1978 por el Fomento de Turismo en homenaje a Julio Verne. 


Pero aquel 30 de noviembre de 1861, Rafael Urrutia, farero principal del faro de Formentera, cumplió la orden real y encendió la mecha empapada en aceite de oliva, alma del aparato lumínico del faro. Lo hizo según las instrucciones precisas, tras haber comprobado la calidad del aceite de oliva suministrado de una manera simple y eficaz, oliéndolo y catándolo.

Y es que el aceite de oliva fue, durante unas décadas, el combustible de los faros isleños, hasta que empezaron a cambiarse los sistemas por otros alimentados con parafina de Escocia. En 1883 llegó la modernidad de la parafina al faro de Formentera, fabricada por Joumg's Paraffin Light and Mineral Oil. C.O. Limited, en Glasgow. En el cambio de siglo, en 1901, empezó la sustitución de la parafina por el petróleo.

Pero el gran cambio técnico del faro de Formentera se produjo en 1928, cuando llegó desde París una nueva óptica. Como la mayoría de faros de España, se estaban cambiando las luces fijas por las de destellos rítmicos. El motivo era, nuevamente, garantizar la seguridad marítima, ya que el incremento de la navegación y la proliferación de luces en tierra confundía a los navegantes. Cada faro empezaba a tener su cadencia lumínica, que lo hace inconfundible. Y el de la Mola emite una luz blanca fija con un destello de 0,33 segundos cada 4,67 segundos, con un alcance de 16 millas la luz fija y de 23 millas el destello; lo hace, con gran parte del mismo mecanismo, desde el día 1 de noviembre de 1928.

El sistema de alimentación con petróleo vaporizado a presión se mantuvo hasta 1971, cuando el fluido eléctrico llegó al faro, un par de años después de la entrada en servicio de la planta eléctrica de Formentera.

El de Formentera ha sido uno de los últimos faros de España con fareros residentes. Ellos y sus familias han sido los protagonistas humanos en el extremo de la isla más isla de las Baleares. El último farero fue el compositor de Burgos Javier Pérez de Arévalo López, que llegó al faro en 1989. Entre otras cosas, Pérez de Arévalo ordenó la documentación del faro (muchos de los datos de esta ruta tienen origen en su trabajo) y se sintió fascinado por el espectáculo sonoro que protagonizan los virots en los acantilados donde se levanta el faro.

2 comentarios:

  1. El faro de Formentera es el que en Lucía y el sexo, la película, tiene una primacía visual importante.
    Me encanta. Gracias, Ana, por colgar tan preciosas fotos. Besos.

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  2. Estas fotos las encontré en diversos sitios, indagando sobre los faros de Formentera, fueron las que mas me gustaron.
    Besos

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